martes, 5 de noviembre de 2013

4 meses.

Cáncer. Maldito y asqueroso CÁNCER  Te comió, te comió por dentro, te comió tus fuerzas, tu vitalidad, tus ganas de vivir, tu mirada brillante, te comió a ti.

No me lo podía creer o mas bien no quería creérmelo, 9 años compartiendo mi vida a tu lado, recuerdo el primer día que te vi, tan malo, tan decaído, sin fuerzas, pero saliste adelante, quizá tus hermanos no corrieron la misma suerte, o quizá si, tampoco quiero pensarlo.

Tu. Único. Increíble. Fiel. Amigo. Guardián. Compañero.

Un día tu vida cambio, te note distinto, nadie me creía, pero yo tenía razón, no eras el mismo, tu cuerpo se consumía, tus fuerzas ya no eran las mismas, tu mirada pedía auxilio. Te llamaron 
“ Abuelote “ que iban a saber ellas, si no te conocían, tu no eras un abuelote, tu estabas enfermo y para nosotros que te conocíamos tanto, lo sabíamos.
Nos dieron la asquerosa noticia, CÁNCER muy avanzado, desde ese asqueroso día, nos regalaste dos meses, dos pedazo de meses, nos acostumbramos, y quizá pensaríamos que te curarías de la nada, o que quizá te querías quedar con nosotros, para siempre.

Todo empezaba a empeorar, te costaba respirar, apenas dormías, no estabas cómodo, eras feliz por querernos, pero tu cuerpo quería marcharse, tu cuerpo pedía a gritos descansar, pero tu corazón quería seguir luchando por ti, por nosotros.

Llegó el día en el que tu mirada nos pidió que te ayudásemos, que ya no podías mas, que tu lucha había llegado a su fin. Te miramos y quisimos hacerte feliz.

Me quede ahí sentada a tu lado, abrazándote, y diciéndote al oído cuanto te quería.


Llego el momento de entrar, el momento en el que jamás te volvería a mirar a los ojos para decirte cuanto te quería.

Estabas tumbado, y nosotras a tu lado, Mama te agarraba la cabeza, yo me quede al otro lado, recuerdo que estabas hinchado, muy hinchado, ni siquiera podían pincharte y eso me puso aun mas triste, pequeño, cuanto sufrimiento. Te repetí mil veces cuanto te quería que por favor no se te olvidase nunca, que no nos olvidaras como nosotros no nos olvidaríamos de ti nunca.

Y un Adiós pequeño se entrelazo entre mis labios.

Te pincharon.


Silencio.


Lágrimas.


Silencio.

Y un dolor grande, muy grande, y nos quedamos sin palabras.

Me quede sin palabras.

Han pasado 4 meses, y no me olvido de ti, de tu forma de ser, de tus ladridos, de tus ronquidos, de tus momentos...




Bosco fue ese perro que hubiese muerto en una perrera, en un maldito suelo lleno de mierda, con frío, con hambre, solo.
Murió entre nosotros un 5 de Julio del 2013, rodeado de amor, rodeado de cariño y feliz.



No hay comentarios:

Publicar un comentario